jueves, 29 de septiembre de 2011

La Oreja Verde


Un día, en el expreso Soria-Monterde,
vi subir a un hombre con una oreja verde.
Ya joven no era, sino maduro parecía,
salvo la oreja, que verde seguía.
Le dije: Señor, usted tiene ya cierta edad;
dígame, esa oreja verde, ¿ le es de alguna utilidad?
Me contesto amablemente: Yo ya soy una persona vieja,
pues de joven sólo tengo esta oreja.
Es una oreja de niño que me sirve para oir
cosas que los adultos nunca se paran a sentir;
oigo también a los niños cuando cuentan cosas
que a una oreja madura parecerían misteriosas...
Así habló el Señor de la oreja verde
aquel día, en el expreso Soria-Monterde.

Gianni Rodari


Nunca debemos olvidar que fuimos niños, nunca debemos dejar de soñar, de reir, de imaginar!